Una disputa entre Eros, el indómito e irrespetuoso hijo alado de la diosa del amor, y Apolo desencadenó la tragedia de Dafne, la bella hija del río Peneo. Los peyorativos comentarios de este último sobre capacidad y el uso del arco de Eros, provocaron su ira y sus deseos de venganza ¿qué mejor venganza que demostrar a Febo, en su propia carne, todo el poder de sus flechas? ¡Ah, si no hubiera pronunciado esas palabras!, pero aún podía oírlas y las tenía presentes en su mente: ¿que haces tú, pequeño insolente, manejando armas tan poderosas?; el hijo de Zeus y Leto no debería haberlas pronunciado, aunque sus proezas con el arco y la gran certeza de sus disparos contra las bestias salvajes o sus enemigos fueran famosas; pero su arte, aquél que Febo había menospreciado, su capacidad de encender pequeños amores con sus antorchas le daba más poder de lo que en apariencia pudiera parecer; y cuando una de sus flechas era certera, los sentimientos que inculcaban en el blanco controlaban todas sus acciones.
Una historia de amor bizarra….pero real.
A veces nunca tenemos lo que queremos…y huimos de quien nos quiere con fervor.
Saludos
me parece super lindo lamitologia
… ahora entiendo más el cuento de Claire keegan, Extraño nombre para un niño; se lo recomiendo a la niñas de vida desprolija y a las muy recatadas…
me gusta mucho la mitologia y me encanta esta historia ya que ese es mi nombre 🙂
Muy linda la historia me encanta la mitología griega!!! 😀