Análisis de la tipología femenina a través del costumbrismo II. Por Virginia Seguí


fig33-criada.jpgfig31-arrendadora-de-la-huerta-murciana.jpgfig30-esclava-de-puerto-rico.jpgfig19-maragata.jpgfig16-castellana-vieja-partido-de-avila.jpgfig14-pescadera.jpg

                A continuación insertamos el segundo capitulo de la Comúnicación presentada en el Congreso <Frasquita Larrea y Aherán. Europeas y españolas entre la Ilustración y el Romanticismo (1750-1850)> organizado por la Universidad de Cadiz y realizado en El Puerto de Santa María en colaboración con su Ayuntamiento. Publicada en las Actas del Congreso en el año 2003. Las imágenes que ilustran el texto, representan diversos tipos de mujeres y fueron grabadas por Juan de la Cruz Cano y Olmedilla para su obra Colección de Trajes de España publicada en 1777.

             El principal problema con el que se enfrentarán estos artistas será la falta de referentes directos; ya que las imágenes provenientes del grabado popular español tradicional no habían conseguido adaptarse a las nuevas modas, usos y costumbres. Por tanto, en general, todos los artistas españoles y en especial los grabadores tuvieron que buscar  estos referentes en otros países entre los que destacan especialmente Francia e Italia. Esto es lo que hará, el grabador, Juan de la Cruz quien después de estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando acabará su formación en Francia donde tendrá acceso a todo un repertorio de tipos que le permitirá a su regreso a España acometer la obra más importante de esté género del momento su:  Colección de trajes de España. Tanto antiguos como modernos, y que contrariamente a lo que su título podría inducirnos a creer, no se inspiran en las habituales representaciones de figures de modas francesa, sino en repertorios franceses de Les Cris de Paris obra de Charles Nicolas Cochin le Fils, la obra del mismo título grabada por Ravenet y Le Bas sobre dibujos de Boucher que tenían su precedente inmediato en la de Watteau: Figures de diferant caracteres, de paysages et d’etudes dessignées d’apres la nature, a su vez los antecedes de la obra de Watteau puede buscarse en obras barrocas del XVII, holandesas o flamencas, y en la obra del italiano Giuseppe Maria Mittelli: Los gritos de Bolonia.

La obra de Juan de la Cruz se compone de siete cuadernos de doce figuras cada uno, fechados entre 1777 y 1788, del último conocemos únicamente 10 figuras; su temática es dispar al presentar una clasificación de tipos muy diversificada, e incluso, mezclada, existiendo entre ellos: regionales, sociales, teatrales, etc. que introducen cierta confusión. En cuanto a las imágenes femeninas cabe decir: primero que son abundantes, ya que de los 84 grabados que se conservan treinta y dos de ellos son femeninos puros y los citamos a continuación: Gazetera, Naranjera, Maja, Pasiega, Paya, Petimetra con manto en la Semana Santa, Pescadera, Castellana vieja del Partido de Ávila, Chesa, Maragata, Verdulera, Aldeana charra del Partido de Salamanca, Catalana, Esclava de Puerto Rico, Arrendadora de la huerta de Murcia, Criada, India del Perú, Española criolla de Lima, Señora Mallorquina, Pastora Mallorquina, Labradora Yvizenca, Menorquina, Menestrala, Roncalesa, Criada de Bilbao, Aldeana de las cercanías de Bilbao, Modista, Valenciana, Labradora de la Isla de Tenerife, Viuda Noble de las islas Canarias, Labradora de la Provincia de Betanzos. Otros ocho incluyen imágenes de ambos géneros a los que se cita con las siguientes denominaciones: De Español é India nace Mestizo; de Mestizo é India nace Collote; De Negro y Española nace Mulata; De Mulato  Española nace Morisco; De Collote é India nace Chamizo; De Español e Morisca nace Alvino; Traje de Española; Traje de Carolina; Una Gallega de Noya con un Gallego de Tuy bailando la Danza Primas; Traje de teatro a la antigua española. Esto  supone que la mujer aparece en más del 50% de los grabados existentes, porcentaje muy alto, sobre todo comparado con obras posteriores.

Otra cuestión a valorar positivamente es, además de esta abundancia de imágenes femeninas, el tratamiento dado a las mismas, ya que entre las treinta y dos femeninas puras encontramos que  veintiuna de ellas son regionales, diez de ellas presentan características profesionales además de representar mujeres con indumentaria regional pero realizando trabajos, ya sean éstos agrícolas o textiles, o incluso ambos; otras figuras tres añaden matices sociales y seis de ellas son tipos profesionales puros; y finalmente los otros cuatro son sociales. Por lo tanto el trabajo de la mujer, habitualmente obviado, está muy presente en la colección.

Juan de la Cruz es el artista grabador pero no es el autor los dibujos originales de la colección, sino que éstos provienen de diferentes autores; en la portada de su obra, aparece que él mismo, pide la colaboración de quienes conozcan tipos para que se los envíen y al parecer varios artistas atienden su petición, que reza así: «[…] advirtiendo que los curiosos de dentro o fuera de la Corte que gustasen comunicar algún dibujo de Vestuario existente en algún Pueblo, Valle o Serranía de la Península serán recompensados con otros tantos quadernos como figuras remitan en Carta ó sin ella […]».

A este llamado atienden varios que relacionamos a continuación y que aparecen como colaboradores: Manuel de la Cruz, Antonio Carnicero, Guillermo Ferrer, Luis Paret  Alcázar, J. Ximeno, Josef Muñoz, Alfonso Bergaz, Juan Dávila e incluso dos de ellos son obra de una mujer: Agustina de Azcona.

Su hermano Ramón será, en el campo literario, uno de los mejores representantes del género; su obra, también, se vincula a referentes franceses, relacionándola con obras de Molier, Legrand y Dancourt. Escribe sobre todo: comedias, sainetes y zarzuelas, en ellas incluye tipos populares similares a los que hemos visto en los grabados de su hermano,  los de mujer son especialmente ricos y variados. Centrándonos en los sainetes destacan: La Crítica, la Señora, la Primorosa y la Linda, obra considerada una sátira de los caracteres femeninos: relacionando a <la Crítica> con la <Marisabidilla>, especie de culta latinaparla; <la Señora> tiene delirios de grandeza, nada es para ella suficientemente encumbrado, detrás de <la Primorosa> se esconde <la Petimetra>, mientras <la Linda> se precia de bella y graciosa. En El fandango del Candil aparecen majos, majas, petimetres y petimetras. En La república de las mujeres, la acción se desarrolla en una utópica isla, paraíso femenino, donde los hombres se ven reducidos a la esclavitud y a las tareas domésticas, invirtiendo los papeles habituales del mundo civilizado, en ella las mujeres desarrollan roles, habitualmente, asignados a los hombres, su planteamiento puede considerarse avanzado ya que refleja capacidad en la mujer para asumir responsabilidades sin necesidad de hombre para ello; aunque, finalmente todo vuelve a la normalidad cuando ellas abandonan todas estas tareas, no propias de su sexo, ante la presencia de alhajas, piedras preciosas, adornos, etc. En Las escofiteras nos presenta el interior de una tienda de modas, planteando una de las actividades profesionales para las que consideraba a la mujer más capacitada siendo convencionalmente aceptada sin demasiada dificultad ya que era como una extensión de la que desempeñaba, normalmente, en el seno del hogar doméstico; la tienda es visitada por petimetras y majas; las escofiteras atienden el negocio, bordan, cosen, confeccionan trajes a la moda. El personaje principal de Las castañeras picadas es una mujer que se dedica a la venta de castañas, muy habitual dentro del mundo madrileño, puede relacionarse con los tipos de venta ambulante, frecuentes en los «gritos», casadas y de cierta edad que se dedican a la venta de diversos productos; finalizaremos esta lista de sainetes con uno en que se concentran los tipos regionales: Las provincias españolas unidas por el placer, en donde aparecen manchegas, vizcainas, gallegas, andaluzas, etc. Otro género cultivado por este autor es la zarzuela; citaremos como ejemplo algunas de las más representativas: Las segadoras de Vallecas y Las labradoras de Murcia, sus títulos ya indican, en sí mismos los personajes femeninos que plantean. La obra de Ramón de la Cruz es bastante numerosa y sería prolijo continuar enumerando obras y tipos.

BIBLIOGRAFÍA

BOZAL FERNÁNDEZ, Valeriano. «Prólogo» en Cruz Cano y Holmedilla, Juan de la. Colección de trajes de España. Tanto antiguos como modernos. Madrid. Ed. Turner.1988.

LAFRAGA, Francisco. «Introducción» en Cruz, Ramón de la. Sainetes. Madrid. Ed. Cátedra. 1990. Pág. 43: Se relaciona con la obra de Marc-Antoine Legrand. Les Amazones modernes.

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